Te amaré por siempre.

Conozco a Henry desde los 6 años, 
hasta recuerdo la primera vez que lo vi.



- Yo viajo en el tiempo. De hecho, tú y yo somos amigos en el futuro, cuando tú eres toda una dama.
- No existe tal cosa como viajar en el tiempo.
- Bueno, si te quedas un rato más, me verás desaparecer.



- Escribí todas las veces que viniste a visitarme, decias que regresabas al mismo sitio varias veces.

- Si, es como la gravedad, por cosas importantes, ¿había alguna?
- Yo era la cosa importante.



- No puedo quedarme.
- Lo sé.

- ¿De qué quieres que hablemos?  ¿De lo mal que se siente sentarse aquí a esperarte? ¿Qué tiene de malo querer algo normal en mi vida? ¿Crees que me agrada esto? ¿Un esposo que desaparece? ¿Quién querría eso?
- No tengo elección.
- Nunca la has tenido.
- No quiero que pases tu vida esperando.

- Te casarías conmigo?
- No. No hablaba en serio, ¡por supuesto!



Yo no cambiaría nada, no renunciaría a un segundo de nuestra vida juntos.